Explicación básica y sencilla para entender qué son los Smart Contracts y su funcionamiento.
Hasta ahora los contratos han sido documentos verbales o caros documentos escritos, sujetos a las leyes y jurisdicciones territoriales, y en ocasiones requiriendo de notarios, es decir, más costes y tiempo. Algo no accesible para cualquier persona. Y esto no es lo peor: los contenidos de los contratos pueden estar sujetos a la interpretación.
En cambio un contrato inteligente es capaz de ejecutarse y hacerse cumplir por sí mismo, de manera autónoma y automática, sin intermediarios ni mediadores. Evitan el lastre de la interpretación al no ser verbal o escrito en los lenguajes que hablamos. Los smart contracts se tratan de “scripts” (códigos informáticos) escritos con lenguajes de programación, siendo los términos del contrato puras sentencias y comandos en el código que lo forma.
Por otro lado, un smart contract puede ser creado y llamado por personas físicas y/o jurídicas, pero también por máquinas u otros programas que funcionan de manera autónoma. Un smart contract tiene validez, sin depender de autoridades, debido a su naturaleza: es un código visible por todos y que no se puede cambiar al existir sobre la tecnología blockchain, la cual le da ese carácter descentralizado, inmutable y transparente.