Según un interesante articulo firmado por Jarrod Dicker y Jacob Smilovitz, Blockchain da más poder a los consumidores. Tras realizar una sintética evolución desde la Web1 a la Web3, siendo esta la fundada en Blockchain, los autores hacen un esfuerzo en subrayar las diferencias. Entre promesas y algunas concreciones, el mayor poder de Blockchain estaría precisamente en el poder que se da a los consumidores. En primer lugar porque están estructurados en comunidades, para decidir sobre los productos, contenidos y entretenimientos que quieren. En segundo lugar porque forman parte del producto.
Blockchain y los consumidores
Asumiendo el denominado giro participativo, apuntado en prácticamente todas las ciencias sociales, hablan del paso del consumidor espectador al consumidor participativo, que forma parte intrínseca de aquello que consume. Si en la denominada economía colaborativa, los “colaboradores” eran parte del producto –anfitriones en Airbnb, chóferes en Uber o Cabify- aquí los consumidores son parte del producto. Tal vez el mayor ejemplo de esto lo tengamos en los metaverso, donde los avatares de los consumidores son los protagonistas y, por lo tanto, los consumidores son parte del producto.
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Desde que surgió la sociedad de consumo, idealmente se ha considerado a los consumidores como parte del producto. Los consumidores consumen consumidores, decíamos en la clase de sociología de consumo. Pero estamos ante la oportunidad de materializar tal argumento como nunca se había conseguido antes.
La infraestructura
Tomando como ejemplo Coinbase, señalan los autores algunas condiciones para que tal participación ocurra. Sobre todo, permitir a los usuarios tener experiencias en Blockchain sin que tengan que preocuparse por la infraestructura, por lo que Blockchain les facilita.
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Como antes, usar el correo electronico o las redes sociales no exige a los usuarios conocer el funcionamiento de la infraestructura. Vivir online, subrayan, es vivir en la infraestructura, en la tecnología, sin atender a las relevancias técnicas de su funcionamiento.
Vivir en blockchain
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Esto quiere decir, tomando un término de la fenomenología social, que el fenómeno se ha sedimentado. Puede que, muy de vez en cuando, sea relevante: como ocurre cuando algo no funciona. Pero, cuando funciona, en su normalidad, no tenemos por qué saber cómo funciona. Y este es el gran reto de la tecnología Blockchain: dar más facilidades, oportunidades y capacidad de acción-participación de lo que las distintas tecnologías ofrecen hasta el momento; pero de una manera sencilla. En este caso, lo que facilita es la participación. Ya no considerada como interactividad, más o menos desarrollada, sino como parte del desarrollo del producto. Así, poder funcionar fácilmente en Blockchain, vivir en Blockchain, posibilita el poder en Blockchain.
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La participación del consumidor también se traduce en relación con el valor económico que se genera. En la Web2 este era prácticamente monopolizado por las plataformas y las aplicaciones. Con Blockchain, como ya hemos apuntado varias veces en Observatorio Blockchain, creadores y consumidores recuperan parte del poder perdido. Una oportunidad para nuevos modelos de negocio.
Imagen de Gerd Altmann en Pixabay
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Fuente: Observatorio Blockchain